miércoles, 1 de abril de 2009

Todo es al revés

Victor Sklovski, en su libro “la cuerda del arco”, maravilloso libro lleno de poesía, hablando de Dostoivski, que ha sido para mi una guía, un enigma y me ha incitado a hacerme constantes preguntas sobre la naturaleza humana, cita un comentario que un critico ruso hizo sobre su literatura.


En Dostoievski todo es al revés, por ejemplo un hombre se encuentra con un león. ¿Y qué hace? Naturalmente se pondrá pálido e intentará huir y ocultarse. En toda narración sencilla de Julio Verne por ejemplo sucederá así. Dostoievski dirá lo contrario: el hombre se sonrojó y permaneció quieto. Será un lugar común a la inversa.

En los últimos días, y ante la cercanía del tercer encuentro en mi casa con personas cercanas que se han interesado por crear una “fraternidad de seres coincidentes” (como dijo un escritor español contemporáneo al hablar de lo que todo el mundo necesita)... me ha rondado este ver “todo al revés” dostoievskiano.
La vida humana es “reaccionar ante algo, interno y externo”. Interno: pensamiento, sentimiento y sensación. Externo: objetos que aparecen ante nosotros y pasan de largo (un ruido, una nube, alguien desconocido) o que nos implican obligándonos a hacer algo. Como el león del ejemplo.
Ver todo al revés es la gran revolución interior. La transformación definitiva.
Ahí está todo.
Una metamorfosis absoluta de nuestro vivir es, en efecto, “ver todo al revés”, como descubrió Dostoievski.
¿Ejemplos? Innumerables e interminables, porque todos los días –que digo todos los días, cada instante- nos están ocurriendo cosas. Pondremos algunos ejemplos
Veo a alguien, que me interesa, pido reciprocidad por parte de esa persona, veo que no la hay: pienso entonces: esta persona no tiene interés por mi. Pues bien: es al revés; a esta persona le produzco una curiosidad y una simpatía extraordinaria, lo que pasa es que ella se está defendiendo de esa impresión, en razón de sus experiencias pasadas.
Otro caso: Espero que alguien me llame, como hemos quedado, para vernos. No llama: pienso: se ha olvidado, o no le intereso, o no puede. Me equivoco, es al revés de lo que yo creo: esa persona está esperando que yo la llame; no llama porque piensa justamente lo que yo pienso de ella, que no le intereso.
Me duele algo: creo que es dolor, pues no es dolor: es una manifestación de vida, que, al desarrollarse demasiado, no es molesta, pero por su intensidad, confundo con el sufrimiento, del que hay que escapar.
Una persona pone objeciones a un juicio que valor mío : pienso que hay un rechazo por su parte, no a mi opinión, sino a mi mismo (mi apariencia física, mi voz, mis ademanes, mis gestos). Pues es al revés: esa persona está expresando justo lo contrario: que se siente no solo atraída sino incluso fascinada por mi, y que su “no estar de acuerdo conmigo” viene a ser, una defensa ante el compromiso emocional que yo le estoy despertando.
Creo que tengo graves dificultades en comunicarme en determinadas áreas de la vida social. Pues no es así: me comunico, y de una forma magnífica, fluida, fresca, pero lo que pasa es que al producir un efecto tan inusual, eso crea un asombro que interpreto como rechazo.
Estoy convencido –o me han convencido: siempre las opiniones de los demás nos confunden y hasta nos desorientan si no nos dañan incluso- ...estoy convencido de que he equivocado mi formación: que me debería haber dedicado, como mi padre, a la ingeniería. No es así: jamás podría practicar la ingeniería y mi vocación literaria es la que es y no puede ser de otra forma. He creído que estoy en el error porque estoy atravesando un periodo de muy poca creatividad artística y unas circunstancias económicas desfavorables.
Estoy prisionero de un deseo que no puedo satisfacer. Este deseo puede ser: de comunicarme mentalmente, de interactuar afectivamente, de alcanzar al apropiarme poseer un objeto una satisfacción alimenticia, sensual. No lo puedo hacer, y hago cosas que no me convienen: ritos de ansiedad, tensión, queja, hasta tensiones compulsivas de las que me arrepiento (fumar, beber, caminar aceleradamente, quejarme telefónicamente)...en fin, diversas formas de aplacar ese deseo que no se cumple.
Otro ejemplo de dolor físico: Tengo una herida, es una herida que tengo en la planta del pie o en la espalda; no me la puedo ver, y de repente, el pequeño dolor que sentía pienso que es signo de que ha empeorado la herida, que hay una infección. No es así: lo que esta ocurriendo la piel se está cerrando, y esto intensifica una sensación intensa.
Hablando ya de mi vida en general, vivirla pensando que toda la teoría de mi mismo, es erróneo; todo lo contrario, debo tener en mi mente la idea –la creencia mas bien- de que todo mi estar en el mundo, puede experimentarse en el otro polo de la vida, da un paso enorme en mi existencia.
Porque entonces me libro de los condicionamientos de esa percepción simple, y equivocada. Eso es la libertad: el estado de libertad –“el nacido dos veces” del iluminado en el Yoga; el elegido de Dios en el cristianismo-...ese estado de libertad es “un ascenso de nivel”, la superación de la condición profana.
TODO ES AL REVES.
ESTA ES LA SUPREMA FORMA DE LIBERARNOS DE LA IGNORANCIA EN RELACION CON LO QUE VIVIMOS.
Salto superlativo que nunca dimos y que ahora daremos si nos entrenamos la “bipolaridad perceptiva”, que hoy sugerimos como idea-madre de una nueva vida.
La cual es posible desde este hallazgo del genio de la novela rusa.
Todo es exactamente contrario a lo que creo que es: este artículo pienso que es claro, sencillo, inteligible y por lo tanto terapéutico.
Pues no: es confuso-
Este articulo es, por el contrario, confuso. Pues no: es lo mas claro que he escrito en mi larga dedicación a la psicoterapia
Humanista

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